El búfalo y el yak son dos animales muy singulares. Tienen en común su capacidad de resistencia, su solidez, su mansedumbre, su parca belleza y su simpatía. Ambos son bovinos, pero el búfalo habita en las planicies y en montañas de media altura, en tanto que el yak mora en las altiplanicies y, por tanto, en lugares de notable altura. Y he aquí, porque así es el juego caprichoso de la vida, que un búfalo y un yak se hicieron amigos.
Entonces comenzó el problema para ambos. ¿Por qué? Pues porque cuando el búfalo acudía a visitar al yak a sus moradas, se sentía mareado, cansado y, en suma, padeciendo el desagradable mal de altura, y cuando el yak iba a visitar al búfalo a sus tierras, se notaba alicaído, víctima de un insoportable calor y de un aire irrespirable. Búfalo y yak se quejaban. Les unían estrechos lazos de amistad, pero cada vez que uno visitaba al otro en verdad que la cosa se complicaba. Estaba en juego, incluso, la salud de ambos.
- "Pero yo, hermano yak, no quiero dejar de verte", dijo tristemente el búfalo.
- "Amigo búfalo, tampoco yo querría nunca dejar de verte a ti."
¿Qué hacer? ¿Cómo resolver el problema? El búfalo y el yak consultaron a un ermitaño. Estaban muy apenados. El ermitaño era un hombre de mente clara y corazón dulce como el jugo de la caña de azúcar. Escuchó con paciencia a los animales. Incluso vio alguna lágrima en los ojos del búfalo. Dijo:
- "Nos os preocupéis, amigos míos. Lo importante es siempre encontrar el punto de equilibrio."
- "¿El punto de equilibrio?", preguntaron extrañados los bovinos.
- "Así es", repuso el ermitaño . "¿Por qué creéis que me he dedicado a la meditación y a las privaciones durante tantos años? Para hallar el punto de equilibrio."
- "¿En qué nos puede ayudar eso?", preguntó el yak.
- "¿Cómo soluciona nuestro problema?", preguntó el búfalo.
- "En el punto de equilibrio siempre está la respuesta. Os diré lo que debéis hacer. Buscad conjuntamente el terreno del medio en el que podéis reuniros, cediendo cada uno un poco, pero sin extremarse. Que el yak baje hasta donde le sea posible sin perjudicarse y que el búfalo suba hasta donde pueda sin dañarse. En esa franja de tierra os encontraréis."
El búfalo y el yak encontraron la solución gracias al buen consejo del sabio ermitaño. Han fijado su lugar de encuentro y han descubierto dos cosas muy importantes: el valor de la amistad y la doctrina del equilibrio.
viernes, 31 de agosto de 2012
Muñequita Carmen Hospital 12 de Octubre
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