Uno debe darse cuenta de que la verdadera felicidad
radica dentro de uno mismo.
No hay que desperdiciar tiempo ni esfuerzo en buscar la paz, la alegría y el gozo en el mundo externo.
Hay que tener presente que no hay felicidad en tener u obtener, sino únicamente en dar.
Hay que dar, compartir y sonreír.
La felicidad es un perfume que no se puede rociar en los demás sin que unas cuantas gotas caigan en uno mismo.
No hay que desperdiciar tiempo ni esfuerzo en buscar la paz, la alegría y el gozo en el mundo externo.
Hay que tener presente que no hay felicidad en tener u obtener, sino únicamente en dar.
Hay que dar, compartir y sonreír.
La felicidad es un perfume que no se puede rociar en los demás sin que unas cuantas gotas caigan en uno mismo.
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