Un arquero quiso cazar la
luna. Noche tras noche, sin descanso, lanzó sus flechas hacia el astro. Los
vecinos comenzaron a burlarse de él. Inmutable, siguió lanzando sus flechas.
Nunca cazó la luna, pero se convirtió en el mejor arquero del mundo.
Alejandro Jodorowsky
No hay comentarios:
Publicar un comentario