Un padre estaba observando a su hijo pequeño que trataba de mover una maceta con flores muy pesada. El pequeño se esforzaba, sudaba, pero no conseguía desplazar la maceta ni un milímetro.
- “¿Has empleado todas tus fuerzas”, le preguntó el padre.
- “Sí”, respondió el niño.
- “No”, replicó el padre. “Aún no me has pedido que te ayude”.
Bruno Ferrero
que bonita,preciosa, que manos tienes guapa
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